Ciego absurdo sería al no reconocer
La belleza que emana de tu corazón
Aquella que nace en lo profundo de tu ser
Y que crece en lo natural de tu personalidad
Aquella sonrisa que ilumina las noches
Y refresca el sol de medio día
Esos ojos que corresponden a la grandeza del universo
La sonrisa que se dibuja en el borde de las montañas al amanecer
Y tu cabello único y trascendental
El viento me susurra maravillosa tu nombre
Como la cotidianidad de la supernova
O como lo profundo del océano
Belleza que reconoce lo pequeño de la vida
Belleza que se dimensiona con lo infinito del universo
Belleza que deleita mis sentidos
Belleza que cierra mis ojos en el sueño etéreo

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