Mi corazón arde
Las llamas de esta realidad no cesan
Olvidado por Dios y desechado por el corazón bendito de ella
Desesperado estalla mi pecho
Y mi voluntad se fragmenta adormitado en la ebriedad de la debilidad
Aún así mi corazón arde
Arde porque en su sangre
Su sangre es sangre mestiza
Sangre que reconoce y que abraza a la hermana
Sangre que finalmente se le concede vincularse al corazón del hermano
El corazón arde en alegría porque entre la tragedia cotidiana
Se abre un espacio de esperanza que grita libertad
Se abren las ventanas a la revolución
Y se rompen consigo la cortina de la ignorancia
Y el velo del prejuicio
Las llamas de la realidad me consumen la vida
Pero las llamas de mi corazón junto a los corazones de los demás
Romperán el ciclo maldito de las llamas de esta existencia
Trascendiendo la virtud occidental
Devolviendo la esperanza y consumiendo el egoísmo

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