Pareciera enemistado
de este espacio
Alejado de las letras
y de las amistades abstractas
El concierto de voces
revuela en mi corazón
Sin condenarme
Tibia y sin sabor resuenan
en los sentidos
Equilibrados y
tranquilos
Sin despedazarme la
carne
Sin elevarme al
paraíso
Contados momentos
Sentí la derrota
arrastrarme a la desesperanza
Y en otros tiempos
Recorría sobre mi
cuerpo la divinidad legendaria
Rememorar esos
momentos
El empate entre la
vida y el destino
Entre la dificultad y
el esfuerzo
Hace sinergia mi
cuerpo
Resistiendo a la vida
y sus exigencias
Que te acosan de día y
de noche
Y a las propias
responsabilidades
Que te acusan de
mediocre
Tantas veces tan
incompleto
Tantas veces tan
abandonado
Tantas veces tan
despreciado
Tantas veces echado al
fuego de lo insondable
Desplazado y remplazado
Superado y
discriminado
Rechazado y engañado
De todas estas cenizas
infernales me he librado
De la agonía del infierno
De la tristeza del vacío
De la desgracia de la
oscuridad en el eclipse
Del abandono en medio
de la cruda batalla
Me he librado de todo esto
malo
Abrazo a la tristeza y
a la melancolía en estas horas
Afanado por la lucha
que aún no termina
Ansiedad que me mueve
y me llena
Fuerzas que invaden mi
cuerpo
Electricidad que fluye
en cada esquina de mi corazón
Choca con el fuego de
mi voluntad
Ahora entiendo lo que
ocurre
De estas voluntades
que se combinan en mi corazón
Nacerá una nueva
fuerza
Nacerá un nuevo ser
humano
De las cenizas que
quedaron de los años de muerte
De la indignación
naciente de una transformación incompleta
Del poder imparable de
este siglo
Del palpitar de mis
virtudes
Y de la distorsión de
mis debilidades
Quiero brindar por
este momento
Brindar por la última
melancolía del año
Por los fracasos y los
desaciertos
Por los tropiezos y
por las muertes futuras
Haré del pasado un
cuadernillo
Donde recordaré mis
miedos
Mis tristezas
superadas
Y recordaré siempre estas
melancolías
La cita con las letras
sigue su curso

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