martes, 8 de junio de 2021

La historia corta de una pasión corta

Era un tiempo de incertidumbre en un pueblo pequeño, caía la nieve de diciembre y el viento soplaba acariciando la piel de mi rostro, en la fría cotidianidad las tardes me llevaban a tu encuentro, al encuentro de tus cabellos dorados, al encuentro con tu sonrisa llena de picardía y a la magia hipnotica de tu cuerpo, esculpido por hefesto.
 
Camine el trayecto embriagado por el deseo y por una pasión ciega, abnegada, pero consciente, el mito detrás de tu nombre, la leyenda que traía tu cuerpo y el resonar de tus cabellos dorados atrajeron al principio mis deseos, luego ocupaste y mente y la última frontera era mi corazón, pero ni tus cabellos dorados ni tu cuerpo envidiado por Freya lograron atarme a tu voluntad, caí en el precipicio ignorando aprendizajes y dejandome llevar por el deseo, dejandome llevar por la libertad de sentir, dejandome seducir por tus cabellos dorados, descendí seguidamente en un profundo pozo llevado por el peso de una ilusión carnal, la promesa que no se cumplió por voluntad o por la locura de un sinsentido menor.

Sin embargo la sentencia estaba dictada, llevado por la locura de tus cabellos dorados y la alquimia emocional de tus palabras junto a las disposiciones lascivas de tu cuerpo, elevaron el sentido de vida de aquel momento de incertidumbre.

Caí profundamente en el abismo, en un momento sin tiempo, en un espacio sin color, el vacío de una experiencia incompleta, sin embargo, el rito de paso estaba completo nuevamente.

Ni siquiera la dulzura de tu mirada
o el brillo de tus cabellos dorados en el crepúsculo
o la emoción de tu sonrisa perversa
lograrría arrebatar mi libertad

Luego de tocar lo profundo del pozo, me levante del agradable letargo
percusiones ascendentes gritaban mi nombre
dictando nuevas ordenes a mi corazón
revelando nuevos conocimientos
y empleando las nuevas rutas para el sendero de luz alejado de tus cabellos dorados 
 


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